El Festival de Cortos de Bogotá (Bogoshorts) inicia mañana su duodécima edición con el objetivo de convertirse en "la gran ventana del cine joven de Latinoamérica", explicó a Efe el director del evento, Jaime Manrique.
En total 130 trabajos realizados en países como Chile, México, Brasil y Colombia han sido seleccionados por los curadores y aspirarán a llevarse los galardones del certamen, que se prolongará hasta el próximo 9 de diciembre y que también incluye filmes de España, China, Georgia, Tailandia y Estados Unidos.
Los cortometrajes colombianos cuentan con un espacio propio en el festival, lo que les convierte en estrella de un certamen que ha ampliado y consolidado la sección "Panorama" para "solidificar" la presencia iberoamericana.
El festival aspira así a aprovechar el tirón que ha tenido el cine latinoamericano en la última década ya que, según Manrique, existe "una sensación que estamos viviendo con mucha contundencia desde hace diez años" de grandes éxitos cosechados por las cintas del continente.
En este sentido destacó los galardones que han recibido películas y cineastas latinoamericanos en festivales de prestigio como el de Cannes (Francia) o el de San Sebastián (España), certamen cuyo máximo galardón ganó la película venezolana "Pelo Malo" en 2013.
En opinión de Manrique, en el continente siempre ha habido mucho talento para el cine, pero "ha estado subutilizado" debido a la falta de desarrollo económico, un lastre que el crecimiento regional en el último lustro está consiguiendo superar.
"Hay muchísima gente haciendo cosas y necesitan empezar a tener el proceso de decantación que existe en Estados Unidos o en Europa, un festival de cortometrajes", apostilló.
Por ello el festival que sirve como base para el Bogoshorts es el de Clermont-Ferrand (Francia), gran escaparate para los creadores europeos.
Con ese objetivo en mente, Manrique recordó que Latinoamérica tiene un "caldo de cultivo impresionante", porque hay países con condiciones sociales, económicas y culturales bastantes diversas "que no solo dependen de la coyuntura, sino que se han ido complementando y está a punto de explotar y que pasen cosas maravillosas".
Dentro de su estrategia de crecimiento, el festival intentará consolidar una nueva imagen y estilo que desarrolló el año pasado para lo cual cuenta con el trabajo de diez curadores "de alto nivel".
De este modo aspiran a traer trabajos de gran calidad y de múltiples orígenes que sirvan también para construir un mercado para que los cortos se vendan y "puedan encontrar ventanas en las televisiones regionales".
Ese proceso también se produce en el festival de Clermont-Ferrand en el que están presentes las cadenas europeas.
El festival busca cortos con "calidad técnica" y que trabajos ganadores del Cesar, del Goya y de Cannes no estén en la competencia oficial para que el certamen se vuelva "un ejercicio de nuestras miradas" y no de lo que le gusta al resto del mundo, según Manrique.
Bogoshorts cuenta como gran novedad con un espacio para proyectos multiplataforma que dentro de su narración incluyen un cortometraje.
El espacio contará con tres proyectos colombianos que usan narración a través de múltiples vías como el cómic y maquetas ampliadas.
Esto amplia también la proyección del festival puesto que tiene tres exposiciones que incluyen cortometrajes.
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