Tras filmar las escenas finales en Europa de “Grace of Monaco”, la cinta francesa donde da vida a su colega Grace Kelly, la estrella australiana Nicole Kidman ha vuelto a Estados Unidos donde va a presentar, en el marco del Festival de Sundance, la cinta de terror dirigida por el coreano Chan-wook Park “Stoker”.
La ex mujer de Tom Cruise declaró en una amplia entrevista a la edición semanal de Hollywood Reporter que se siente muy a gusto con trabajos que la alejan de su previa imagen de rutilante estrella, aunque cobre menos.
“Mi corazón -declara Kidman- es independiente. Vengo de Australia, me formé en el cine ‘indie’. Es una decisión inconsciente. Como cualquier otro actor, vivo y muero por mis decisiones. Ahora mismo no se me asocia con grandes producciones, pero tampoco las rechazo del todo. Supongo que tengo un pie en ambos mundos. Me ofrecieron algunas películas de estudio este año y no las acepté. Simplemente no correspondían con lo que soy”.
“Realmente -añade- no sé ni lo que es una estrella de cine en este momento. Cuando el mejor papel femenino del año ha sido el de Claire Danes en la serie “Homeland”, hay que asumir que el juego ha cambiado. Tal vez en los años 50 había una idea mucho más especial e idealizada de lo que era una estrella de cine, pero ahora todo eso está mucho más borroso”.
En el reportaje, Nicole insiste en su interés por el riesgo, asumiendo personajes no sólo complejos, sino escenas de sexo o escatológicas (como en “The paperboy”) que otras actrices suelen rechazar. “Intento ir a los lugares que me dan miedo. Te hace más compasivo”, dice.
Finalmente, la actriz de 45 años, subraya que tampoco se asusta por el tamaño de su papel. Acaba de participar con un personaje secundario junto a Colin Firth en “The Railway Man”. “No me preocupan las líneas de guión que me tocan, sino el tema, y en este caso la tortura y el alma humana”.
Agencias
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