EL MONSTRUO DEL DR. FRAKESTEIN

Por: Alicia Torres

Mary Shelley

La conocida novela gótica de Mary Shelley ha sido llevada muchas veces al cine, al teatro y adaptada a otras historias que nada tienen que ver con la original pero que de algún modo conservan la esencia, pero esta historia, considerada la primera obra de la literatura de la ciencia ficción, es sin duda otro de los grandes clásicos del cine de terror.

Después de “Drácula”, la criatura creada por el Doctor Víctor Frankenstein es sin duda otro de los íconos del género. 

El tema fue llevado al cine sonoro por primera vez en 1931 dirigida por el inglés James Whale, pero paso por muchos cambios antes de que se estrenara tal y como la conocemos hoy en día.

El primer elegido para la dirección fue el francés Robert Florey y fue el encargado de dirigir una prueba con el actor que originalmente interpretaría al monstruo: Bela Lugosi. 

Hay varias versiones del porque Lugosi no aceptó el papel de la criatura... una cuenta que no le gustó el maquillaje después de ver las escenas de prueba, consideró que sus seguidores no lo reconocerían, además de que estaba acostumbrado a maquillarse él mismo, como lo hizo con Drácula. Otra versión es que se le ofreció el papel del Doctor Frankenstein pero Carl Laemmle, ejecutivo en jefe y mandamás de “Universal” se empeñaba en que fuera la criatura, lo cual trajo todos los problemas posteriores. Lo irónico es que de todos modos Bela terminó interpretando al monstruo en la película de 1943 “Frankenstein y el Hombre Lobo”

John Carradine fue la opción para sustituir a Lugosi, pero el señor Carradine rechazó el papel porque se consideraba a sí mismo con mucha experiencia para rebajarse a hacer el papel de un monstruo de cine. 

Fue entonces cuando “Universal” decidió cambiar de director por uno más conocido y popular: James Whale, quien personalmente escogió al actor que interpretó al monstruo, un compatriota suyo cuyo verdadero nombre era William Henry Pratt, más conocido por su nombre artístico como: Boris Karloff.

El señor Karloff fue elegido por el director no solo por su estatura (1.80 m), sino por la forma de su cráneo, en el que el realizador vislumbró una forma de humanizar al siniestro personaje.

Además del director y del carismático monstruo, otro gran protagonista de esta cinta clásica es el encargado del maquillaje: Jack P. Pierce, figura básica en el ciclo de películas de la “Universal” entre las décadas de los años 30 y 40. En aquellos entonces el maquillaje no era considerado algo importante dentro de la industria del cine, en algunos casos los maquillistas ni siquiera figuraban en los créditos de las películas en las que participaban, pero Pierce fue un auténtico pionero y dejo las bases por las que se han guiado los artistas del maquillaje en el cine.

Pierce estudió por tres meses cirugía y anatomía para imaginar como un científico inexperto en dichos campos, fabricaría a un ser viviente a partir de diferentes cuerpos inanimados, maquillar a Karloff le tomaba 4 horas diarias.

Los efectos especiales eléctricos también son protagonistas en esta cinta clásica, fueron hechos por Ken Strickfaden, quien se ocupó también de doblar a Karloff en todas las escenas que tuvieran que ver con la electricidad. El mismo equipamiento original fue usado también en 1973 en la película “Blackenstein”, y en la excelente parodia de Mel Brooks de 1974 “Young Frankenstein”.

En el año de su estreno, la película se situó entre las 10 más taquilleras.

¿SABÍAS QUE?...

• El Óscar a mejor diseño de maquillaje se dio hasta 1980.
• La Universal registró una licencia exclusiva del maquillaje de la criatura que será vigente hasta el 2026.
• El Galvanismo es una teoría de Luigi Galvani según la cual, mediante la electricidad, se podían sanar enfermedades que provocaban parálisis y aún reanimar a un cuerpo muerto. Esta teoría estaba muy de moda entre los universitarios a finales del siglo XVIII y principios del XIX.
• Mary Shelley concibió la novela en 1818, en donde es muy clara la referencia a los experimentos que en aquel entonces se hacían con la electricidad y que apasionaban a su marido, el poeta Percy Bysshe Shelley y al grupo de intelectuales que la rodeaba, entre ellos Lord Byron.

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