La Habana.- Cuba cerró el sábado pasado decenas de salas de cine privadas y reiteró su plan de poner fin a la reventa de ropa y otros productos importados informalmente a fines de año, con el objetivo de poner "orden" en medio de las reformas económicas emprendidas por el Gobierno socialista de Raúl Castro.
Medios locales reprodujeron una nota oficial que ratifica la decisión del Gobierno de declarar "ilegal" la comercialización de productos importados por privados, cuyas ventas serán permitidas solo hasta fines de año para que liquiden inventarios. La medida afecta a unas 20,000 personas vinculadas a estas actividades.
La nota alude también al "cese inmediato" de las salas privadas de 3D, así como a salas de entretenimiento con juegos computarizados.
Las personas que trabajan por cuenta propia en estos segmentos usualmente cuentan con licencias para desarrollar algún emprendimiento como cafeterías o restaurantes, pero amplían su alcance a otras áreas de entretenimiento.
La nota oficial dijo que las personas que explotaban informalmente salas de cines o revendían productos importados están siendo visitadas para informarles acerca de los contenidos de sus licencias para trabajar por cuenta propia.
"Se les está ratificando la ilegalidad de las comercialización minorista de artículos importados o la reventa de los adquiridos en la red comercial estatal", dijo la nota publicada en el diario oficial Granma el sábado.
"La exhibición cinematográfica (que) incluye las salas de 3D y los juegos computacionales, cesarán de inmediato en cualquier tipo de actividad por cuenta propia", agregó el comunicado aclarando que esta modalidad nunca estuvo "autorizada".
Tras reemplazar a su hermano Fidel en la presidencia de la isla, Raúl Castro emprendió un plan de más de 300 reformas económicas con vistas a reflotar el sistema socialista vigente desde hace medio siglo. Entre ellas, amplió el sector privado que ya cuenta con más de 442.000 trabajadores, según cifras oficiales.
Un mes atrás, las autoridades decretaron la prohibición de vender productos importados informalmente, lo que alarmó a las personas dedicadas a esta labor y a muchos cubanos que accedían a esa fuente para comprar ropas y productos para el hogar.
La actividad no estaba contemplada entre los oficios aprobados para ejercer por cuenta propia, pero la mayoría aprovechó las licencias de modista o sastre y productor vendedor de artículos varios para el hogar, alegando que no contaban con las materias primas e insumos necesarios para hacer sus propias producciones.
Aunque la medida afecta a menos de 5% del casi medio millón de empleados privados surgidos tras las reformas económicas, personas entrevistadas por Reuters han mostrado dudas sobre el futuro de algunas de las reformas.
"¿Y ahora donde compramos la ropa, los zapatos?. Es un golpe porque la calidad de lo que venden las tiendas (estatales) y los precios son casi una burla", dijo a Reuters Elyan Suárez, secretaria ejecutiva de una empresa estatal en La Habana.
Los cines privados 3D que aparecieron principalmente en La Habana eran visitados fundamentalmente por niños y adolescentes los fines de semana.
"El éxito del proceso de implementación (de las reformas) (...) solo será posible en una atmósfera de orden, disciplina y exigencia", dijo la nota oficial.
"Se ratifica la firme determinación del Gobierno de no permitir violaciones de ningún tipo a las decisiones adoptadas o que adopte en el futuro", advirtió.
apr
Reuters
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