Berlín, 11 Feb (Notimex).- Los nuevos esquemas de distribución cinematográfica llevan a esta industria por nuevos rumbos, aseguró Oscar Ramírez, uno de los cineastas jóvenes mexicanos invitados al Talent Campus de la Berlinale.
La distribución es decisiva para que las películas lleguen al público. “Tenemos que encontrar nichos de mercado, tenemos que ver cada obra de arte como un producto y ver como se lo empaqueta para poder comercializarlo, y esa transición es muy difícil”, precisó.
En la Berlinale que concluirá el próximo domingo, pretende “encontrar ese balance entre cómo realizar esa transformación de la conceptualización que debe tener un distribuidor de la pieza artística al objeto comerciable”.
En sus declaraciones a Notimex en el marco de este festival, recordó que la distribución es una nueva fase de su carrera en el cine, donde ya tiene experiencia como productor.
En el Talent Campus de la Berlinale 2014 está conociendo el enfoque de “colegas más experimentados en temas como distribución alternativa, manejo de redes sociales, cross media”, herramientas para potenciar la distribución de cine alternativo.
Entre otras actividades a las que se sumará se encuentra la conferencia “Cómo vender cine difícil”, sobre la película de Lars von Trier, “Ninfomania”. “Eso es lo que me interesa”, subrayó.
Describió el cine de su interés como aquel que “hable de la realidad, de los conflictos verdaderos, que es difícil de ver y de experimentar, pero el chiste es cómo hacer para que la gente compre su boleto y se siente dos horas en una sala de cine para ver la obra que tu creaste en cinco años”.
Aseguró que la distribución cinematográfica tradicional se enfoca al gran cine comercial de Estados Unidos, que no le interesa hacer.
En cambio, las herramientas que da la tecnología ayudan a lograr un balance entre el poder artístico y la capacidad económica, precisó.
Desde su perspectiva el cine se divide en dos grandes géneros: el de entretenimiento, que no le interesa, y el arte, que sí es de su interés y requiere de mucha más inventiva, porque no tiene los canales de penetración ni los mecanismos económicos para llegar a las grandes masas.
Ramírez, quien ya ha hecho coproducciones con Francia, España, Bolivia y Venezuela para completar 12 películas, estuvo de acuerdo con el director de IMCINE, Jorge Sánchez, de que uno de los puntos débiles del cine mexicano actual es la distribución.
“Tiene toda la razón y tiene una gran historia como productor cinematográfico. El cine mexicano se ha concentrado en financiarse a sí mismo. No creo que solo dependa de que el cine mexicano ha sido subsidiado sino que también hay muchos otros factores”.
“Creo que hay que encontrar un balance entre el subsidio y el mecanismo para encontrar al público”.
“Ahora lo que tenemos que hacer cada cineasta es reducir el riesgo armando coproducciones internacionales, ampliar los mercados de México al mundo, pero además nos falta aún el último paso: cómo hacer para que nuestra gente conozca nuestro cine”.
“Si el cine no se transforma en formas coloquiales de comunicación (que sean una referencia para el público mexicano), el cine (mexicano) nunca va a dar ese paso”, concluyó.
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