El cineasta Víctor Ugalde advierte que van tres años de recortes al cine mexicano y Hacienda incumple sistemáticamente con los presupuestos asignados por la Cámara de Diputados a Cultura. En el caso de Oaxaca, no liberó los 40 millones de pesos asignados para 2015.
"Van a entregarnos un cine medio muerto. Están poniendo las bases para dinamitarlo", dice el presidente de la Sociedad Mexicana de Directores.
Y ahora, agrega, se espera un tijeretazo del 10 por ciento al IMCINE.
"Eso es detener casi toda la actividad cinematográfica. Los funcionarios matan a las industrias y no hay responsabilidad para ellos", lamenta Ugalde.
Con estas decisiones, se pierden espacios de exhibición para el cine mexicano fuera del DF y se margina más a los estados, sobre todo a los más pobres, opina Kenia Márquez.
"El norte y el sur (del País) es donde hay menos posibilidad de exhibición del cine nacional", dice la directora de Fecha de caducidad. Y de paso, se alimenta el centralismo al reducir oportunidades a creadores en provincia.
Gabriel Mariño, realizador de Un mundo secreto, contrasta cómo directores mexicanos triunfan en festivales internacionales y se vive un momento de efervescencia, mientras las instituciones mexicanas no están a la altura de la creación. "Generalmente, las instituciones están, por regla, cinco o seis años atrás de lo que sucede".
Agencia Reforma
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