Madrid, 6 nov (EFE).- El director de cine de animación Juanjo Elordi apuesta por el público más pequeño con "Yoko y sus amigos", una película que recuerda a los padres que no hay nada más divertido que la imaginación de un niño y que no hay espacio que no pueda convertirse en mágico, aunque sea una inhóspita ciudad.
Elordi, exdirector de programas infantiles de la televisión vasca y padre de una niña de seis años, ha explicado en una entrevista con Efe que estaba harto de llevar a su hija a ver películas de dibujos "poco apropiadas" para ella.
Sabedor de que las grandes compañías productoras de cine, las "majors", hacía "mucho tiempo que habían abandonado los proyectos para niños muy pequeños", quiso crear "Yoko y sus amigos", una película de aventuras, pero adaptada al público más pequeño.
Así, en 2011 empezó a trabajar con un guión de Edorta Barruetabeña donde se planteaban muchas preguntas sobre el modo de jugar de los niños pequeños en las ciudades.
"Son tan atractivas todas las cosas que descubren ellos en las tabletas y en los juegos electrónicos, y encima esos juegos nos facilitan tanto la organización a los padres, que no somos conscientes de que eso tiene un peligro", señala Elordi.
Así nació "Yoko", un genio del bosque invisible a los adultos cuyo nombre responde a una expresión euskera que se dice a los niños: "Joko, joko (jugad, jugad)".
La película es la historia de Vik, un niño de seis años que ha cambiado de ciudad tres veces y en esta última ocasión, a un piso muy cercano a un parque, donde él, que es tímido y reticente a jugar con otros niños, acaba conociendo a Mai y Oto.
Esta amistad atrae la atención de Yoko, un genio del bosque que se comunica con balbuceos, como un bebé, el cual lo único que quiere es jugar por encima de todas las cosas.
Rodar no fue sencillo. Elordi estuvo intentándolo hasta que conectó con la productora rusa Wizart ("Snow Queen", 2012), que apoyó el proyecto vasco y logró la coproducción de la cinta, la cual tendría también como director adjunto al joven ruso Rishat Gilmetdinov, con quien "fue fácil trabajar", asegura.
No lo fue tanto acoplar modos de vida y símbolos cotidianos de dos culturas tan distintas, comenta Elordi, donde surgían situaciones difíciles, como incluir gestos o costumbres "que para nosotros son aberraciones, como dispararle a un pájaro con un corcho en la cabeza, y para ellos son normales".
"Es que es un tema muy delicado", apunta, y por eso se rodearon de asesores, dos de ellos especialistas neoyorquinos, que les dieron seguridad para cuadrar el guión.
Y no solo es "cuadrado" el guión, los muñecos también lo son, sin que esto suponga que Bob Esponja haya estado en sus cabezas, asegura Elordi, sino que las líneas rectas, los cuadrados y rectángulos son las formas más sencillas de entender y manipular; en cualquier caso, "Yoko y sus amigos" tiene una estética amable y fácilmente asumible para los más chiquitines.
Y resume: "Lo que intentamos transmitir es que siempre y en cualquier situación los niños consiguen arreglarse y buscar una solución, siendo sensibles y dulces entre ellos".
La película se presenta el sábado próximo en los cines Príncipe de la capital donostiarra, donde los niños preescolares aprenderán a fabricar Yokos de papel.
0 comentarios:
Publicar un comentario