Omar
Rodríguez López: El músico que odiaba la guitarra.
Por
Carlos Castro
En
el espejismo del vapor de la carretera comienza a gestarse una figura
bípeda, una figura que responde al nombre de Omar Rodríguez López.
Inmerso en una odisea adolescente rasguña el camino con los
tacones. Tras nubes de polvo y chispas, engendradas en la fricción
de su andar, se esconde un futuro que se desenvuelve hasta hoy y
cuyas ramificaciones se tuercen y destruyen la incertidumbre del
futuro. Ramificaciones bautizadas música. Notas entretejidas que
conforman el lenguaje de este músico que en delirio se comunica con
nosotros.
Rebobinemos
a este ser y detengámonos dos años atrás: Omar de quince comienza
a entonar melodías en la banda Startled Calf (se siembra la pasión
de un nuevo músico), por medio de la cual conoce a Cedric
Bixler-Zavala, voz de The Mars Volta.
Melodías
en el futuro lo encontramos deambulando las carreteras de Estados
Unidos en donde lo confundimos por un espejismo.
En
esta hazaña Omar se extraviará en el mundo de los seductores
opiatos. Tras esta búsqueda lo encontrará Cedric quien le lanzará
una soga llamada At
the Drive In
para ayudarle a salir del cráter.
Los
dedos de López comienzan a gestar voz propia junto a las cuerdas de
un bajo dentro de esta agrupación bautizada At
the Drive In,
al compas sus células comienzan a independizarse de los opiatos. Su
odio inicia cuando se convierte en el ejecutor de la guitarra. El
odio lo llevara a definir su sonido.
Sin
jamás desistir se convierte en un alquimista del sonido y se entrega
a la tarea de exorcizar a su instrumento. Por medio de los efectos y
la interpretación consigue moldear la voz de las cuerdas hasta que
encuentra el amor.
Disonancias
sin resolver, improvisación y tritonos serían algunos de los
adjetivos para definir el sello de Rodríguez, que tras la muerte de
At
the Drive In
forma junto a Cedric The
Mars Volta.
El
álbum primogénito de la banda: De-Loused
in the Comatorium
se presenta como la odisea melódica de un personaje que se encuentra
bajo un coma inducido por el abuso de opiatos y veneno de rata. En
entrevistas confesarán que el personaje está basado en Julio
Venegas amigo de los músicos que tras vivir en coma despertó y se
suicido saltando de un edificio.
Este primer hijo muestra
los primeros destellos de una genialidad en donde las melodías
siguen un torrente inspirado por otra pasión de Omar que es el cine
y la literatura.
Tras
una incursión solista su música impregna las imágenes de las
historias de Guillermo Arriaga, Búfalo de la noche y The burning
plain (junto a Hans Zimmer). Y la inquietud lo lleva a capturar sus
propias imágenes en movimiento: The
Sentimental Engine Slayer, El Divino Influjo de los Secretos y A
Manual Dexterity,
proyectos que aun no han sido paridos para el público.
Rodríguez nos muestra a
través de su trabajo que entre las distintas manifestaciones
artísticas el grosor de la línea que las divide depende de la
visión del mismo artista. Nos comparte una visión de unidad, nos
comprueba una posible armonía entre sonidos y escuelas que a simple
vista puede parecer que se repelen.
Me
atrevo a decir que Omar Rodríguez López parece haber encontrado en
la música aquello que buscaba al aventurarse en su travesía
Keroacquiana, ese algo que no se puede expresar en palabras solo en
notas musicales.
Discografía
Solista
Colaboraciones
Agrupaciones
Startled
Calf
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