En la foto, los actores Mantan Moreland (izqda) y Francine Everett en la película Tall, Tan and Terrific. LA PRENSA/EFE
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Mientras en Hollywood continúa la polémica sobre la falta de diversidad en las nominaciones a los Óscar, el Museo Afroamericano de California en Los Ángeles recupera en una exposición el legado de las “race films”, las primeras películas hechas por y para la comunidad negra.
Bajo el título Coloring Independently, la muestra se centra en las “race films” (que se podría traducir como películas raciales) de los años cuarenta, época que se considera “la era de oro” de este tipo de cine, según la comisaria de la exhibición, Tiffini Bowers.
“Contaron sus propias historias desde su propio punto de vista, dado que la comunidad negra no tenía acceso al sistema de estudios de Hollywood”, añadió la experta.
UN DURO INICIO
Se suele considerar a la cinta The Homesteader (1919), dirigida por el pionero Oscar Micheaux, como la primera película del cine afroamericano, aunque las “race films” comenzarían a tener peso en la década de los años treinta y se consolidarían en las décadas posteriores.
Las “race films” cayeron en desuso en los años sesenta con el ocaso del sistema de grandes estudios de Hollywood y el movimiento por los derechos civiles, que permitió “algo más de inclusión” en el cine, explicó la comisaria Bowers.
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