Dammam. En Arabia Saudita, un país ultra conservador, donde las salas de cine están prohibidas y las mujeres no tienen derecho a conducir, una universidad ofrece un programa de vanguardia en estudios audiovisuales para formar a mujeres en el arte de convertirse en cineasta.
Una escuela de 150 estudiantes de la Universidad de Yeda, en la costa del mar Rojo, tiene como objetivo que sus alumnas aprendan a filmar, producir y realizar montajes de películas. Las estudiantes dicen que es el único programa de este tipo en el reino, un país muy conservador, que no tiene industria del cine y donde no hay una formación equivalente para hombres. Los estudiantes y los instructores explicaron que el programa de tres años de duración busca desarrollar competencias para la producción visual y digital, con el objetivo desarrollar la industria del cine en Arabia Saudita.
"Me gustaría hacer historias que lleguen a tocar las emociones", contó Reem Almodian, una aspirante a directora que con una dulce voz cuenta sus sueños. La estudiante viste el tradicional niqab, un velo negro que sólo deja los ojos al descubierto.
Para ella, uno de los temas para retratar es la depresión juvenil. "Abriría los ojos a los padres" (sobre el problema), expresó Almodian.
Jawaher Alamri, de 20 años, decidió proyectar sus propias dudas existenciales, en un "monólogo" audiovisual. "La gente me dice siempre que parezco un ser diferente", dijo la joven, que creció en Jubail, en el este del país. Su documental aborda la cuestión de "cómo puedo yo encontrar mi propia definición de felicidad".
En Jalida Batawil, de 20 años, presentará con sus compañeras la ceremonia de apertura del tercer festival de cine de Arabia Saudita. "Me gustaría expresar nuestros propios sentimientos y nuestra historia al mundo", afirmó durante la inauguración.
'Temas de gran peso intelectual'
Bentley Brown, un cineasta estadunidense, enseña un taller de guión y medios interactivos, cuenta que 13 de sus estudiantes han hecho películas que participarán entre las 125 producciones que compiten en la muestra que durará cinco días. Para él, los estudiantes están explotando "temas de gran peso intelectual" en sus obras.
Mai Alshaibani, de 21 años, está esperando ganar con su opera prima S.A.D., una historia de un chico que deja a su novia para casarse con otra. Alshaibani es licenciada en sicología con una mención en video y producción digital. Al igual que muchas otras estudiantes entrevistadas, habla perfecto inglés.
Todas las estudiantes portan el velo islámico. Arabia Saudita es uno de los países donde las mujeres tienen menos derechos, entre ellos la prohibición de tener un permiso de conducir. Hay separación entre los sexos en restaurantes y otros lugares públicos. Las mujeres necesitan autorización de un miembro de su familia varón para viajar, trabajar y para casarse. Este tipo de restricciones han propiciado que haya una dificultad adicional para que las mujeres sigan estudios audiovisuales, ya que los hombres sí pueden hacerlo en el extranjero, Almodian.
"Estamos limitadas por nuestras opciones", dijo cuando se le preguntó por qué esta universidad fue la primera en ofrecer este tipo de carrera. Aunque los cines no están permitidos en Arabia Saudita, existe un creciente interés en las películas y en el proceso de producirlas, como refleja este programa y el renacimiento del Festival de Cine Saudita, que fue reditado el año pasado después de siete años de ausencia. En privado hay muchas proyecciones y hace un mes se realizó el Primer Festival de Cine Juvenil, en Yeda.
La ausencia de salas de cine "no es una razón para no contar historias" que necesitan ser puestas en escena, aseguró Rawan Namngani, de 21 años, que presentó un pequeño documental en el festival de Yeda. El cine es sólo una de las muchas plataformas donde estas películas pueden ser expuestas, asegura. "Si empezamos a hacer películas, vamos a tener cines", dijo.
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