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viernes, 2 de octubre de 2009

LEOPOLDO AGUILAR - REALIZADOR


LEOPOLDO AGUILAR
REALIZADOR

Creo en el cine como un medio de concientización de masas, creo en el cine como un reflejo social”

Por: Magnolia Flores Tapia
En esta ocasión tengo el gusto de presentarles a todos ustedes amigos lectores a un chico tapatío, perseverante y terco, aficionado del cine desde niño y con la firme convicción de que el cine es un medio que puede hacer algo por su entorno, su nombre es Leopoldo, la charla con él transcurrió en un lugar común y caótico de la ciudad de Guadalajara donde buscamos un tranquilo sitio para charlar un poco, charla que a continuación le presento y espero sea de su agrado…
¿Quién es Leopoldo Aguilar?
Yo creo que es un adulto que está tratando de ser adulto… un niño que está tratando de ser adulto, una persona que está luchando por creer que se puede hacer cine en México, por encontrar las formas de hacerlo de llevar su visión del mundo a la pantalla, no quiero decir que sea la única sino que es la propia, por la que yo estoy luchando, para contar las historias que yo quiero escribir, que me importan, historias que parten de lo complejo de lo simple, y creo que Leopoldo ¡es un terco!.

¿Desde cuándo te comienza a gustar el cine, tanto como espectador como para ya decir “quiero dedicarme a esto”?
Mi fascinación por el cine empezó desde joven, tenemos un tío que siempre nos traía nuestros Beta de todas las películas habidas y por haber, desde los “Gummies” hasta “El señor de las moscas”, imagínate yo viendo a los 7 años “El señor de las moscas”. Mi fascinación del cine como espectador nació desde muy pequeño ya como ganas de ser realizador empecé ya muy tarde, yo soy Lic. En Relaciones Internacionales, viví un año en Japón, estaba totalmente perfilado para la diplomacia, la política, viví en Estados Unidos después de que terminé la carrera y allá estuve buscando un medio que me sirviera para transmitir lo que yo quería decir, era muy idealista. Trabajé con migrantes en E.U.A., la mayoría mexicanos ilegales trabajando en la agricultura, y a partir de que vi que mi trabajo realmente no estaba generando un cambio en las condiciones de vida de la gente con la que yo estaba trabajando, decidí tratar de hacer algo diferente. Creo en el cine como un medio de concientización de masas, creo en el cine como un reflejo social o veo el cine así. Respeto a cada uno de los autores en sus propias líneas, pero, para mí la línea es dejan en el espectador un cierto grado de reflexión, para mí el cine es eso, es provocar una reflexión en el espectador y que él se lleve su propia tarea a partir de la imagen que yo le estoy mostrando.

Entonces, ¿Cómo te comienzas a involucrar ya en este medio, con qué trabajos…?
Fíjate que yo he tenido mucha suerte en ese aspecto, después de que decido dedicarme al cine, estudio una maestría en estudios cinematográficos con especialización en guionismo aquí en la U de G (Universidad de Guadalajara), conocí a una muy buena amiga mía que se llama Rubí Castillo y ella me invitó a mi primero corto, fue un corto que se llama “Pata de Gallo” y yo estuve como chofer de la camioneta de arte y poco a poco pues me fui metiendo con Rubí, con Marcela, con Becky, que son excelentes productoras, me jalaron a Mango Films, estuve trabajando en Mango, en algunos comerciales, fui combinando la cuestión del cine y la publicidad, y me fui metiendo cada vez más en proyectos más ambiciosos, estuve trabajando en la película “De Ángeles Flores y Fuentes” (Llamando a un Ángel), estuve en una producción de la DiPA (Dirección de Producción Audiovisual) que se llama “Aquí no hay nadie”, produje otro corto que se llama “6 PM” con el ITESO y poco a poco me fui metiendo en este asunto hasta que tuve la fortuna de ganarme la beca del IMCINE, que fue con un proyecto como director llamado “De cómo los niños pueden volar”, una animación que la ha ido bastante bien, creo que ha sido mucho de dejarme llevar por la suerte. Después de trabajar en “6 PM” trabajamos muy bien Abril Valderrama, Leticia Ramírez y algunos otros amigos que decidimos formar una casa productora que se llama Ombligo Films y a partir de ahí la suerte del trabajo nos ha beneficiado mucho, hemos estado becados en más de tres veces en IMCINE para realizar cortos, hemos tenido la beca del CECA, del FECA, la beca de la Academia Jalisciense de Cinematografía para diferentes miembros.

¿Cómo nace Ombligo, con que finalidad, a qué proyectos se enfoca?
Ombligo nace por la necesidad de este grupo que nos encontramos en 6PM por tratar de provocar hacer cine, pero como sabes hacer cine es de las cosas más complicadas que existen, es demasiado costoso, hay demasiados riesgos de por medio, hay mucha competencia en términos de que hay muy pocas becas y muy pocas oportunidades, ombligo nace como la posibilidad de decir “nos gusto trabajar juntos vamos haciendo algo… como un colectivo hasta cierto punto, formalizado en una empresa”, empezamos a meternos en el casting, creo que el casting fue en su época una parte muy fuerte de ombligo por la cual se empezó a reconocer la chamba de nosotros, y nosotros teníamos claro que queríamos hacer cine, entonces cada vez que venía gente para que los apoyáramos con casting para cortometraje. Tratamos de estar para todos, con la posibilidad que nuestro trabajo nos daba, estamos involucrados, yo creo que fácil en más 10 cortos de IMCINE en los que participamos en el cast, e independientes unos 20. Si hemos tratado de formar parte de esto que es apoyar a la gente nueva y si nosotros contamos con algunas herramientas y ellos las necesitan pues adelante.

¿No se te complico siendo Lic. En Relaciones Internacionales entrar a una carrera diferente casi totalmente?
Sí y no, para mi el cine es medio, me encanta, me gusta mucho hacerlo y las relaciones internacionales me ha aportado una visión muy diferente a lo que es un cineasta de escuela, tengo por muy propia educación una visión más internacionalista, más de negocios. Sí es muy chaquetera mental, pero menos chaquetera mental que lo común, en términos de que veo esto como un negocio, una posibilidad de crecer en todos los aspectos, no puedo dejar de ver un medio de comunicación y un negocio para aquel que le está invirtiendo. En esa medida, me permite tener los pies más sentados en una realidad, historias que comuniquen, creo que estoy dando un mensaje y quiero que el espectador lo pueda recibir. Las relaciones internacionales creo que me han aportado sin duda una visión diferente a lo que alguien más pueda contar o pueda tener.

¿Cómo financias tus trabajos?, solo con las becas…
Hemos tenido la fortuna de contar con apoyos fuertes, como los del IMCINE. Para un director nunca será suficiente el dinero, siempre se puede hacer algo mejor, siempre se puede tener una mejor cámara, una mejor óptica, se puede tener un mejor proceso. Pero la fortuna que hemos tenido con IMCINE es que nos dan becas que logran cubrir todo el proyecto, hemos recibido becas de casi un millón de pesos, la fuerza está centrada en que el proyecto quede bien en su totalidad más allá de buscar los apoyos, eso me pasó con “De cómo los niños pueden volar”. En “El último golpe” fue financiado por varios colegas asociados, muchos de ellos muy amigos míos, de hecho creo que ese proyecto salió por mis amigos que de repente la gente se fue involucrando, complicado en su realización en términos de que teníamos solo un día, cero equipo, una cámara de 16 mm, 5 latas y un plano secuencia de 10 minutos. Entonces la apuesta fue a tener buenos ensayos, un tiempo para trabajar muy bien con actores, con la cámara, hasta que llegamos al set y solamente estuvimos grabando 6 horas o menos. Tuvimos un poquito de apoyo con grupo de León para la post producción, nos hicieron el favor de darnos un muy buen precio. Y estuvo en el festival de cine de Guadalajara.

¿En qué festivales ha estado?
Cuando manejas un proyecto independiente, tienes un problema, dentro de lo barato que cuesta el proyecto, pues no es tan barato tampoco, en cuanto “El último golpe· barato es decir que la post producción me costó cien mil pesos, está terminado en 35mm, con corrección de color, pero a lo que nos hemos enfrentado ahora es a cómo subsidiar los envíos a festivales, las copias en DVD, en poder moverlos, el corto después de que estuvo aquí en Guadalajara nos agarro a todo mundo súper quebrado entonces está un poquito como en Stand By pero ya estamos de nuevo retomándolo en términos de mandarlo a festivales.

¿Cómo te inspiras… cómo surgen las ideas?
Fíjate que… creo que es una pregunta como muy compleja, para mí hay ciertos momentos en la vida en los que me genero como una esferita, caigo en una introspección, en estos momentos que tengo como de soledad me permiten reflexionar acerca de las historias que quiero contar, muchas de las historias que empiezo a escribir tienen que ver con mis estados de animo, con mis cuestionamientos existencialistas o existencialistoides (sic) y tienen que ver con lo que estoy viviendo en mi cotidianeidad, con lo que me está empezando a preocupar, creo que mi manera de sacar todas estas chaquetas mentales es escribiendo.

Tengo entendido que “de cómo los niños pueden volar” es animación, ¿cómo surge, por qué animación, cómo aprendes a animar?
Era parte de un proyecto mental, escribir algo para niños, yo tenía ganas de hacer cuentos infantiles, entonces empecé en este estado de “quiero mi esferita” agarre mi escritorio en Ombligo, lo metí en un cuarto, empecé a escribir, y empezaron a salir estas historias que son “historias del cómo”, historias tan simples como el cuento de que si te comías las semillas de las frutas te iba a salir un árbol en la panza y que si tus juguetes se convertían en fantasmas, historias que te van contando cuando de niño. De cómo los niños pueden volar nació en esa línea en tratar de provocar o generar un libro infantil con este tipo de historias y creo que eso fue lo que me motivó cuando salió la convocatoria del IMCINE a buscar la línea de la animación, que fuera como en acuarela, que fuera hecha a mano, creo que es desde su creación enfocada en su cuestión infantil en libro, adaptamos esa cuestión hacía el corto.

¿Qué tan fácil o difícil es dirigir una animación y a personas?
Fíjate que son dos mundos muy diferentes, yo agradezco la fortuna de poder formar parte de ambos, la animación es un proceso muy bonito pero muy lento también. De la ficción me encanta estar en el set, el moverte, tener llamados de 20 horas, la adrenalina que corre por el cuerpo. De la animación me encanta la imaginación que puedes plasman, tiene tanta libertad en términos creativos, que es muy extraño que una ficción pueda llegar a esos niveles a menos que tengas un presupuesto increíble, porque aquí como director puedes escoger el color de la pared, de la ropa, la estructura, todo esto que se ve en la pantalla puede salir de tu imaginación puede plasmarse ahí, cosa que en ficción tienes que adaptarte a tu realidad, si tienes un proyecto que está planteado en 1950 pero tienes 5 pesos de presupuesto, no lo pones en 1950, ya le buscas la manera de adaptarlo a tu realidad. Las dos tienen una vertiente muy interesante, con cuál quedarse estaría como imposible de decidir, las dos líneas aportan como director una visión diferente. Trabajar con actores me gusto mucho como experiencia, creo que el animador en términos de lo que es la animación clásica es tu actor a él tienes que lograr transmitirle tu visión de cómo quieres que mueva el personaje, el actor a su vez es también un medio para gestar a los personajes por medio de la interacción que tú como director tienes con ellos.

¿Qué es lo que más te gusta en cuanto a los roles cinematográfico?
Me gusta mucho producir, asistir dirección, dirigir… obviamente la dirección ya después de que la pruebas no la quieres soltar y es una satisfacción increíble cuando llegas a una sala de cine y ves algo que en estas esferitas y estas burbujitas de cero sociedad y de introspección, tienen movimiento, tienen un cuerpo, una sonrisa, tienen vida en el caso de la animación y en el caso de los actores cómo los vas ayudando a que moldeen al personaje, y ya estas en la sala ya no como director sino como espectador y empiezas a sentir con ellos y es lo mas chido de ser director. Es una joda, una gran responsabilidad el ser la cabeza de un equipo, creo que el resultado de un fracaso es más notorio porque la culpa la tiene el director cuando va mal, cuando va bien “todos somos un equipo”. Hay que tener bien claro lo que quieres contar como director y apostarle a ello, muchos de los buenos directores que yo conozco, somos… no me considero bueno, pero creo que tengo algo que tiene ellos y es el no estar del todo satisfecho de tu trabajo, sobre todo ahorita que voy empezando en mi carrera como director.

¿Cómo llegas a Batallón 52?
Fijate que es bien interesante, me hablaron por teléfono para invitarme a co dirigir, aquí hay como mucha gente que empezó a conocer mi trabajo, está Karla Castañeda, a Luis Téllez también lo conocía un poco, a René Castillo también tenía la fortuna de conocerlo, Rigo Mora nos asesoró en “De cómo los niños pueden volar”, Juan José Medina también ya lo conocía, a Rita Basulto, a Rodolfo Guzmán que es el productor, Carlos Gutiérrez que es el productor ejecutivo, no sé si llegué por conocidos (risas), no, creo que también mi trabajo habla por mí, ellos saben lo exigente que puedo ser conmigo mismo y en el mismo nivel lo que puedo yo llegar a exigirle a otras personas.

Por ahí leí que tenías una beca para un largometraje, ¿cómo va eso?
Tuve una beca para un proyecto que se llama “El Juego”, es beca del FECA y de IMCINE para la escritura de guión. “El juego” es un proyecto muy ambicioso, es un proyecto con el que me he casado desde que empecé a hacer esto. Es la historia de un niño de 7 años que es abusado sexualmente y a partir del abuso crea toda una realidad alterna para poder sobrellevarlo, es un proyecto que me ha costado 5 años levantarlo, es un guión muy pensado, que he estado trabajando continuamente, que de repente lo dejo porque la historia es muy fuerte y en términos de la investigación me encuentro con cada situación que de repente me hace rechazar el mundo y no puedo entender cómo la sociedad permite que eso siga sucediendo, sí es un proyecto que me ha sacado lagrimas, ¡te lo juro!, pero que me gusta, que estoy muy comprometido en realizar, no espero que se a mi opera prima pero sí espero que sea uno de los proyectos con los que yo pueda llegar a la pantalla.

Más o menos, cuánto sería la inversión…
Fíjate que estaba como presupuestando el proyecto, no lo he movido mucho porque yo tampoco como director me siento con la capacidad en este momento de aventarme un largo de esas magnitudes, estas magnitudes son alrededor de 24 o 24 millones de pesos, no tengo todavía ningún antecedente que me permita dar una seguridad a aquel que quiera invertir en mi como director, Batallón y esos otros cortos me están dando como esas armas para poder llegar y presentarme con un productor y decirle “este es mi trabajo, esto es lo que yo puedo aportar como creador”, espero sacar un primer largometraje de muy bajo presupuesto para que futuros inversores vean la capacidad que tengo el talento y la capacidad de hacer historias y contar historias diferentes.

¿Para ti que es un corto?
Muchos dicen que es un ejercicio, yo coincido hasta cierto punto en el caso mío que nunca había realizado nada, sí aprendo, para mi es una historia en corto, es una historia que por su magnitud no puede formar parte de 70, 80 o 90 minutos, tiene que ser contada en 5, 10 o 15 minutos, pero tiene una estructura que te permite transmitir algo.

¿Tú que crees que sería lo que falte para que el México se haga del cine una industria sólida?
Lo que falta en México para poder hacer eso es quitarnos las pretensiones, cuando de repente uno entra a este medio es un medio muy lleno de pretensiones, me ha tocado de “quiero hacer mi primer largometraje pero necesito 50 millones para hacerlo, quiero un equipo, quiero una grúa, la locación…” nos volvemos demasiado pretenciosos y eso nos frena en términos creativos, si ves un poquito en el sur y te clavas un poquito en los argentinos o en los uruguayos, ellos producen con casi nada comparado con las pretensiones que nosotros tenemos para poder hacer nuestras películas, la apuesta sin duda alguna son las historias, en México se le apuesta a la producción no se le apuesta a las historias, y dejar la pretensión a lado y contar historias simples con guiones muy bien cuidados porque también hay cada guión que dices “oye no, es una joda, una chinga llegar a hacer una película, te partes la madre para contarme esa historia, no mames”, es válido, lo aplaudo pero hay muchas historias en México que no se han contado y que en esa medida hemos perdido muchos espectadores porque vamos a ver refritos de los refritos de los refritos que ya parecen formulas de las películas que medio recuperaron en nuestro país. Sin duda alguna debemos entender que el cine es entretenimiento, es una industria del entretenimiento, y como tal tiene que haber películas comerciales exitosas que tengas éxito en taquilla para poder subsidiar esta visión de autor, un poco más reflexiva.

Economizar y contar mejores historias…
Sí, y tenemos todo para hacerlo, tenemos historias increíbles, historias que no se han dicho, que no tienen que ver con el pobre, el rico, la bonita, la gordita, historias que tienen que ver más con sentimientos humanos que están en la cotidianidad y que pueden general pauta, creo que el mexicano de repente no se siente identificado en la salas, hay cierto status social que es el único al que van teledirigidas algunas de las películas comerciales o todo lo contrario, este México pobre, corrupto, jodido, o la porno miseria que es multipremiada en Cannes, y que se le da un valor que desde mi perspectiva es obsoleto, es pretencioso.

Digital o cine…
Es muy complicado tomar una postura, no me considero un cineasta purista pero me encanta el 35, el 16… creo que el escuchar una cámara correr cuando estas en un set no tiene precio, Obviamente soy de esta línea de “las cosas se tienen que hacer” ya no estoy en que si no es en 35, las cosas se tienen que hacer, la única forma de aprender es haciendo, la única forma de contar es contando. Pasa lo mismo de que si no tengo dinero… hay historias que son obligadas para contarlas si son en HD o en 35 son lo de menos, cuando tú tienes una muy buena historia, cuando utilizas los recursos que tienes a tu favor para aportar a la historia en términos visuales, mientras que sepas usar los recursos y sepas las líneas a las que te estas dirigiendo, creo que el HD está mucho más accesible para aquellos que queremos la posibilidad de llegar más rápido entre comillas, digo sigue siendo costoso, no es como de que agarras tu Handy cam y vas y tiras un largo, pero sí creo que lo está poniendo un poco más accesible, creo que tengo una disyuntiva, claro que me encantaría poder filmar, pero no le veo porque pelearse con el HD.

De por sí dicen que del cine no se vive… ¿tú de qué vives o sobrevives?
Por eso te digo que yo me considero una persona muy afortunada, tengo 5 años viviendo de esto, no del cine en su particularidad pero sí del medio audiovisual, creo que entre el freelanceo, Ombligo, las oportunidades como batallón… ya me pagan por dirigir… ¡voy bien!... ya me pagan por dirigir, y creo que se han dado las oportunidades y a partir claro de la flexibilidad que uno tiene, creo que uno tiene que saber dónde esta parado, no puedes llegar y decir es que yo ya dirigí 2 cortos y soy director, yo dirigí 2 cortos y voy de staff también, y dirigí dos cortos y me hablan para la camioneta de equipo, yo quiero seguir aprendiendo, yo quiero seguir estando ahí. Si es un comercial lo veo como una experiencia más antropológica y más de estudio social y como chamba, como parte de mantenerme activo, para cuando ya llegué lo que yo quiero hacer, que es ya cinito, otro tipo de historias, yo en lo personal no estoy peleado con lo comercial yo he vivido de lo comercial para poder darme el lujo de pagar otras cosas.

Cine de arte o comercial…
No están peleados,

Cuál te late más…
Fijate que no están peleados a mi me encanta irme un domingo a ver una película hollywoodense churra, que no me hace pensar, que lo único que me aporta son las dos mejores horas perdidas de mi tiempo, o también historias en las que salgo tan tripeado que cinco días después todavía no se si me gustó o no me gustó, que digo “a ver espera, qué me estás tratando de decir”, que no hayas como aterrizarlas o cómo digerirlas, pero no están peleados porque cada uno aporta cosas diferentes, cuando como director y como espectador puedes entender eso disfrutas más el cine, porque también a veces uno como espectador se vuelve pretencioso, para que haya cine de autor tiene que existir cine comercial entonces si dejamos de ver al cine comercial como lo que es algo de entretenimiento y dejamos de ir a verlo estamos autocomploteando de aquel que subsidia todo lo que nos gusta más. Pero tampoco creer que el ser humano todo el tiempo esta en la chaqueta mental listo para ver una película de Peter Greenaway pues está muy cabrón (sic), yo no tengo animo todos los días para ver una película de arte que me deje tripeado durante 2 semanas y que me cuestione desde mi visión del mundo y las cuestiones existencialistoides que tengo en mi cabeza, de repente también tengo ganas de ver una película churra que me haga reír entonces creo que por eso las dos son necesarias.

¿Cómo eres como director?
Soy como el ojo digestivo, tengo la fortuna de que trabajo con equipos con personas sumamente talentosas, cuando como director tienes la fortuna de rodearte de gente que es sumamente talentosa no puedes ponerte como un dictador, tienes que sumar, por eso digo soy el ojo digestivo que me alimento de mi director de arte, de mi director de foto, de mi asistente de dirección, me alimento del equipo que ha decidido acompañarme en la aventura, entonces creo que eso me sirve a mi y al equipo para asumir cada punto como propio, cuantas veces no me ha pasado que el director es un dictador, entonces de repente hay una falta de confianza y ves un error de continuidad y ni siquiera te quieres acercar porque la ultima vez que te acercaste te gritó. Cuando evitas ese tipo de roses, cuando entiendes que tu posición dentro de la estructura de producción y no es por menospreciar tampoco el trabajo del director, es una sola parte del eslabón que permite que se haga y se realice, pues también vas a poder tener la humildad para poder sumar esfuerzos, y tener la claridad para marcar tu directriz y para que ellos que son tu equipo se sumen. Cuando logras poner a tu equipo en sincronía que bien, cuando no, es cuando entra el aparato digestivo y dices esto no, esto sí me sirve. Por eso digo que ser el ojo digestivo es mi chamba.

¿Qué es lo primero que piensas al despertar?
Aaaay qué temprano, ¿por qué a mi?, no yo no me quiero levantar… (risas) ya si te pones más sofisticado ¡quiero café! (risas) es más creo que no pienso cuando me levanto, creo que hasta 10 minutos después se prende la máquina, es un poco lenta. Creo que son variantes los días, hay días en que te levantas muy positivo, que te quieres comer al mundo y hay otros días en los que quisieras no levantarte y que quisieras que tus pensamientos se convirtieran en ovejas que lo único que hicieras era contarlos, ni siquiera pensarlos. Hay días de buenas, hay días de malas y días que con ganas de ser un hijo de la chingada (sic) y días con ganas de ser el mejor ser humano del mundo, me levanto como cualquier ser humano.

Comida y bebida favorita…
Soy fanático de las pastas, me gusta mucho la comida mexicana también… y de bebida favorita… aquella que me pegue ¡caray! (risas), no yo creo que no hay nada más rico que una cerveza súper helada en tiempo de calor.

A ver si no me odias porque muchos me dicen, hay esta pregunta es muy difícil… 5 películas y 5 canciones favoritas…
No te voy a odiar pero no te lo voy a contestar porque como ser humano uno tiene etapas y si yo delimito… y suena bien mamón… pero no es por mamón es porque tengo 5 películas favoritas para cuando estoy contento, 5 películas favoritas cuando estoy triste, 5 películas favoritas… 5 canciones favoritas si me amanecí norteño, hippioso, fresa, alternativo… creo que lo chido de la vida es tu capacidad para asumirte como un ser diferente cada vez que te levantas y no casarte con estos prejuicios de yo soy fresa, yo soy hippie… no, yo soy Polo y Polo tiene más de 5 películas favoritas y más de 5 canciones favoritas dependiendo el estado anímico en que se encuentra y a veces ni siquiera le gustan 5, ni tampoco le gusta ninguna pinche canción, por eso me voy a tomar la libertad de contestarte esto.

Y por último qué consejo le darías a alguien que quiere tomar el camino del séptimo arte, cualquiera que sea su vertiente…
Creo que uno tiene que ser como muy claro que es algo que uno quiere, este camino es un camino muy complejo, está lleno de piedras gigantes por todos lados que te están cayendo en la cabeza como si tu fueras en un juego de Mario Bros, no, no, yo creo que lo que podría aconsejarle a cualquier persona es primero que no dude de su talento, cada persona tiene una visión tan diferente para ver el mundo que puede plasmar en una imagen, que el juicio de terceros es solo eso, mientras tú estés contento en la manera de ver tus historias de ver tu mundo no hay nada más importante, creo que el mayor consejo que les puedo dar es ser terco y claro. La terquedad para tener la lucha constante hacía la claridad de lo que quieres contar.

Pues esto fue un poco de Leopoldo Aguilar, efectivamente como él mismo lo dice es un terco, se le nota en las palabras, en la mirada y sobre todo también se nota la pasión y el gusto por lo que hace. De metas claras y objetivos bien plantados estamos seguros que irá cumpliendo lo que se propone, por lo pronto seguiremos al pendiente de sus pasos por ejemplo en próximo año al ver sus cortos en las salas como parte del proyecto Batallón 52. Por parte de Cortos Verdes no queda más que darle las gracias por compartir un poco de sí y desearle mucho éxito.


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