San Francisco.- Hace ya tiempo que California, con Hollywood en el centro, dejó de ser la meca dorada del cine. Al menos por lo que a la producción de películas se refiere. Desde hace 15 años se ruedan en California un 60% de películas menos.
La industria ha huido a otros estados, atraída por incentivos fiscales y permisos más baratos para rodar. Y también lo han hecho las producciones de televisión. Se han ido a lugares como Nueva York, Carolina del Norte, Georgia, Luisiana y Nuevo México que, junto a más de 40 estados, ofrecen a las productoras de cine y televisión rebajas fiscales y exenciones de impuestos.
Además, países foráneos como Canadá han entrado en el juego cinematográfico y las grandes producciones de Hollywood han desplazado sus rodajes a Vancouver y Toronto. Sudáfrica se ha convertido también en un escenario atractivo, con paisajes espectaculares, trabajadores baratos y deducciones fiscales de hasta el 25% del coste de las producciones.
La competencia es tan dura que los legisladores saben muy bien que de no aprobar importantes incentivos fiscales, la famosa industria del entretenimiento en California se va a quedar para las páginas de la historia. De ahí que acaba de pasar en la Asamblea de Sacramento una propuesta inicial para respaldar a las producciones de cine y televisión con reducciones fiscales de hasta 400 millones de dólares al año en un intento de que vuelvan a Hollywood.
La medida, a la que le quedan todavía algunos pasos por dar hasta ser aprobada definitivamente – en el Senado y por el Gobernador Jerry Brown-, se traduce en que las empresas se van a poder deducir un 20% de la mayor parte de los costes de producción.
Según Michel D. Antonovich, miembro de Los Angeles County Board of Supervisors, “el sur de California ha perdido 3.000 millones de dólares en la última década a consecuencia de la huida de la industria del entretenimiento a otros Estados. Las excesivas regulaciones y los altos impuestos están devastando nuestra economía”.
Paul Audley, presidente de FilmLA, añade el hecho de que “no sólo las productoras están abandonando el Estado, sino que ahora mismo estamos perdiendo las infraestructuras que las soportaban”.
El asambleísta demócrata por Santa Mónica, Richard Bloom, opina que “la industria del entretenimiento es muy importante para la economía, la historia y la imagen de California como para dejarla escapar. Necesitamos enviar un mensaje a New York y a otros Estados que compiten. Y el mensaje es: Se queda aquí”.
Es el objetivo que encierra la propuesta AB 1839, una iniciativa del asambleísta demócrata por Los Ángeles, Mike Gatto, y su homólogo por Pacoima, Raul Bocanegra. “No podemos afrontar la sangría constante de trabajos que pierde nuestro Estado”, manifiesta Gatto, refiriéndose a los miles de puestos de empleo que California ha perdido en los últimos 15 años con la huida del cine a otros lugares.
Según datos del Milken Institute, un think tank para asuntos económicos, que acaba de publicar un informe sobre “qué debe hacer California para mantenerse competitiva en el entretenimiento”, “entre el 2004 y el 2012 el empleo de la industria del entretenimiento en California bajó de 152.525 puestos a 1366.388”. Es decir, una pérdida de más de 16.000 trabajos.
Sólo el año pasado 21 de as 23 series de televisión en primetime fueron filmadas fuera de California, transfiriendo montones de trabajos a otros estados y forzando a residentes californianos a trasladar su residencia fuera.
La receta que el Milken Institute sugiere es “la creación de un paquete de incentivos que permita a la industria del entretenimiento crecer, sin entrar en la carrera de competir con otros estados por ofrecer subvenciones en un mercado completamente saturado de ellas”.
Sea de una manera u otra lo que quiere Hollywood es recuperar su soberanía, sin el temor de vislumbrar la posibilidad de que un día no muy lejano la gala de los Oscar también se despida.
El Pais
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