LEOPOLDO
AGUILAR
REALIZADOR
“Creo
en el cine como un medio de concientización de masas, creo en el
cine como un reflejo social”
Por:
Magnolia Flores Tapia
En
esta ocasión tengo el gusto de presentarles a todos ustedes amigos
lectores a un chico tapatío, perseverante y terco, aficionado del
cine desde niño y con la firme convicción de que el cine es un
medio que puede hacer algo por su entorno, su nombre es Leopoldo, la
charla con él transcurrió en un lugar común y caótico de la
ciudad de Guadalajara donde buscamos un tranquilo sitio para charlar
un poco, charla que a continuación le presento y espero sea de su
agrado…
¿Quién
es Leopoldo Aguilar?
Yo
creo que es un adulto que está tratando de ser adulto… un niño
que está tratando de ser adulto, una persona que está luchando por
creer que se puede hacer cine en México, por encontrar las formas de
hacerlo de llevar su visión del mundo a la pantalla, no quiero decir
que sea la única sino que es la propia, por la que yo estoy
luchando, para contar las historias que yo quiero escribir, que me
importan, historias que parten de lo complejo de lo simple, y creo
que Leopoldo ¡es un terco!.
¿Desde
cuándo te comienza a gustar el cine, tanto como espectador como para
ya decir “quiero dedicarme a esto”?
Mi
fascinación por el cine empezó desde joven, tenemos un tío que
siempre nos traía nuestros Beta de todas las películas habidas y
por haber, desde los “Gummies” hasta “El señor de las moscas”,
imagínate yo viendo a los 7 años “El señor de las moscas”. Mi
fascinación del cine como espectador nació desde muy pequeño ya
como ganas de ser realizador empecé ya muy tarde, yo soy Lic. En
Relaciones Internacionales, viví un año en Japón, estaba
totalmente perfilado para la diplomacia, la política, viví en
Estados Unidos después de que terminé la carrera y allá estuve
buscando un medio que me sirviera para transmitir lo que yo quería
decir, era muy idealista. Trabajé con migrantes en E.U.A., la
mayoría mexicanos ilegales trabajando en la agricultura, y a partir
de que vi que mi trabajo realmente no estaba generando un cambio en
las condiciones de vida de la gente con la que yo estaba trabajando,
decidí tratar de hacer algo diferente. Creo en el cine como un medio
de concientización de masas, creo en el cine como un reflejo social
o veo el cine así. Respeto a cada uno de los autores en sus propias
líneas, pero, para mí la línea es dejan en el espectador un cierto
grado de reflexión, para mí el cine es eso, es provocar una
reflexión en el espectador y que él se lleve su propia tarea a
partir de la imagen que yo le estoy mostrando.
Entonces,
¿Cómo te comienzas a involucrar ya en este medio, con qué
trabajos…?
Fíjate
que yo he tenido mucha suerte en ese aspecto, después de que decido
dedicarme al cine, estudio una maestría en estudios cinematográficos
con especialización en guionismo aquí en la U de G (Universidad de
Guadalajara), conocí a una muy buena amiga mía que se llama Rubí
Castillo y ella me invitó a mi primero corto, fue un corto que se
llama “Pata de Gallo” y yo estuve como chofer de la camioneta de
arte y poco a poco pues me fui metiendo con Rubí, con Marcela, con
Becky, que son excelentes productoras, me jalaron a Mango Films,
estuve trabajando en Mango, en algunos comerciales, fui combinando la
cuestión del cine y la publicidad, y me fui metiendo cada vez más
en proyectos más ambiciosos, estuve trabajando en la película “De
Ángeles Flores y Fuentes” (Llamando a un Ángel), estuve en una
producción de la DiPA (Dirección de Producción Audiovisual) que se
llama “Aquí no hay nadie”, produje otro corto que se llama “6
PM” con el ITESO y poco a poco me fui metiendo en este asunto hasta
que tuve la fortuna de ganarme la beca del IMCINE, que fue con un
proyecto como director llamado “De cómo los niños pueden volar”,
una animación que la ha ido bastante bien, creo que ha sido mucho de
dejarme llevar por la suerte. Después de trabajar en “6 PM”
trabajamos muy bien Abril Valderrama, Leticia Ramírez y algunos
otros amigos que decidimos formar una casa productora que se llama
Ombligo Films y a partir de ahí la suerte del trabajo nos ha
beneficiado mucho, hemos estado becados en más de tres veces en
IMCINE para realizar cortos, hemos tenido la beca del CECA, del FECA,
la beca de la Academia Jalisciense de Cinematografía para diferentes
miembros.
¿Cómo
nace Ombligo, con que finalidad, a qué proyectos se enfoca?
Ombligo
nace por la necesidad de este grupo que nos encontramos en 6PM por
tratar de provocar hacer cine, pero como sabes hacer cine es de las
cosas más complicadas que existen, es demasiado costoso, hay
demasiados riesgos de por medio, hay mucha competencia en términos
de que hay muy pocas becas y muy pocas oportunidades, ombligo nace
como la posibilidad de decir “nos gusto trabajar juntos vamos
haciendo algo… como un colectivo hasta cierto punto, formalizado en
una empresa”, empezamos a meternos en el casting, creo que el
casting fue en su época una parte muy fuerte de ombligo por la cual
se empezó a reconocer la chamba de nosotros, y nosotros teníamos
claro que queríamos hacer cine, entonces cada vez que venía gente
para que los apoyáramos con casting para cortometraje. Tratamos de
estar para todos, con la posibilidad que nuestro trabajo nos daba,
estamos involucrados, yo creo que fácil en más 10 cortos de IMCINE
en los que participamos en el cast, e independientes unos 20. Si
hemos tratado de formar parte de esto que es apoyar a la gente nueva
y si nosotros contamos con algunas herramientas y ellos las necesitan
pues adelante.
¿No
se te complico siendo Lic. En Relaciones Internacionales entrar a una
carrera diferente casi totalmente?
Sí
y no, para mi el cine es medio, me encanta, me gusta mucho hacerlo y
las relaciones internacionales me ha aportado una visión muy
diferente a lo que es un cineasta de escuela, tengo por muy propia
educación una visión más internacionalista, más de negocios. Sí
es muy chaquetera mental, pero menos chaquetera mental que lo común,
en términos de que veo esto como un negocio, una posibilidad de
crecer en todos los aspectos, no puedo dejar de ver un medio de
comunicación y un negocio para aquel que le está invirtiendo. En
esa medida, me permite tener los pies más sentados en una realidad,
historias que comuniquen, creo que estoy dando un mensaje y quiero
que el espectador lo pueda recibir. Las relaciones internacionales
creo que me han aportado sin duda una visión diferente a lo que
alguien más pueda contar o pueda tener.
¿Cómo
financias tus trabajos?, solo con las becas…
Hemos
tenido la fortuna de contar con apoyos fuertes, como los del IMCINE.
Para un director nunca será suficiente el dinero, siempre se puede
hacer algo mejor, siempre se puede tener una mejor cámara, una mejor
óptica, se puede tener un mejor proceso. Pero la fortuna que hemos
tenido con IMCINE es que nos dan becas que logran cubrir todo el
proyecto, hemos recibido becas de casi un millón de pesos, la fuerza
está centrada en que el proyecto quede bien en su totalidad más
allá de buscar los apoyos, eso me pasó con “De cómo los niños
pueden volar”. En “El último golpe” fue financiado por varios
colegas asociados, muchos de ellos muy amigos míos, de hecho creo
que ese proyecto salió por mis amigos que de repente la gente se fue
involucrando, complicado en su realización en términos de que
teníamos solo un día, cero equipo, una cámara de 16 mm, 5 latas y
un plano secuencia de 10 minutos. Entonces la apuesta fue a tener
buenos ensayos, un tiempo para trabajar muy bien con actores, con la
cámara, hasta que llegamos al set y solamente estuvimos grabando 6
horas o menos. Tuvimos un poquito de apoyo con grupo de León para la
post producción, nos hicieron el favor de darnos un muy buen precio.
Y estuvo en el festival de cine de Guadalajara.
¿En
qué festivales ha estado?
Cuando
manejas un proyecto independiente, tienes un problema, dentro de lo
barato que cuesta el proyecto, pues no es tan barato tampoco, en
cuanto “El último golpe· barato es decir que la post producción
me costó cien mil pesos, está terminado en 35mm, con corrección de
color, pero a lo que nos hemos enfrentado ahora es a cómo subsidiar
los envíos a festivales, las copias en DVD, en poder moverlos, el
corto después de que estuvo aquí en Guadalajara nos agarro a todo
mundo súper quebrado entonces está un poquito como en Stand
By pero ya estamos de
nuevo retomándolo en términos de mandarlo a festivales.
¿Cómo
te inspiras… cómo surgen las ideas?
Fíjate
que… creo que es una pregunta como muy compleja, para mí hay
ciertos momentos en la vida en los que me genero como una esferita,
caigo en una introspección, en estos momentos que tengo como de
soledad me permiten reflexionar acerca de las historias que quiero
contar, muchas de las historias que empiezo a escribir tienen que ver
con mis estados de animo, con mis cuestionamientos existencialistas o
existencialistoides (sic) y tienen que ver con lo que estoy viviendo
en mi cotidianeidad, con lo que me está empezando a preocupar, creo
que mi manera de sacar todas estas chaquetas mentales es escribiendo.
Tengo
entendido que “de cómo los niños pueden volar” es animación,
¿cómo surge, por qué animación, cómo aprendes a animar?
Era
parte de un proyecto mental, escribir algo para niños, yo tenía
ganas de hacer cuentos infantiles, entonces empecé en este estado de
“quiero mi esferita” agarre mi escritorio en Ombligo, lo metí en
un cuarto, empecé a escribir, y empezaron a salir estas historias
que son “historias del cómo”, historias tan simples como el
cuento de que si te comías las semillas de las frutas te iba a salir
un árbol en la panza y que si tus juguetes se convertían en
fantasmas, historias que te van contando cuando de niño. De cómo
los niños pueden volar nació en esa línea en tratar de provocar o
generar un libro infantil con este tipo de historias y creo que eso
fue lo que me motivó cuando salió la convocatoria del IMCINE a
buscar la línea de la animación, que fuera como en acuarela, que
fuera hecha a mano, creo que es desde su creación enfocada en su
cuestión infantil en libro, adaptamos esa cuestión hacía el corto.
¿Qué
tan fácil o difícil es dirigir una animación y a personas?
Fíjate
que son dos mundos muy diferentes, yo agradezco la fortuna de poder
formar parte de ambos, la animación es un proceso muy bonito pero
muy lento también. De la ficción me encanta estar en el set, el
moverte, tener llamados de 20 horas, la adrenalina que corre por el
cuerpo. De la animación me encanta la imaginación que puedes
plasman, tiene tanta libertad en términos creativos, que es muy
extraño que una ficción pueda llegar a esos niveles a menos que
tengas un presupuesto increíble, porque aquí como director puedes
escoger el color de la pared, de la ropa, la estructura, todo esto
que se ve en la pantalla puede salir de tu imaginación puede
plasmarse ahí, cosa que en ficción tienes que adaptarte a tu
realidad, si tienes un proyecto que está planteado en 1950 pero
tienes 5 pesos de presupuesto, no lo pones en 1950, ya le buscas la
manera de adaptarlo a tu realidad. Las dos tienen una vertiente muy
interesante, con cuál quedarse estaría como imposible de decidir,
las dos líneas aportan como director una visión diferente. Trabajar
con actores me gusto mucho como experiencia, creo que el animador en
términos de lo que es la animación clásica es tu actor a él
tienes que lograr transmitirle tu visión de cómo quieres que mueva
el personaje, el actor a su vez es también un medio para gestar a
los personajes por medio de la interacción que tú como director
tienes con ellos.
¿Qué
es lo que más te gusta en cuanto a los roles cinematográfico?
Me
gusta mucho producir, asistir dirección, dirigir… obviamente la
dirección ya después de que la pruebas no la quieres soltar y es
una satisfacción increíble cuando llegas a una sala de cine y ves
algo que en estas esferitas y estas burbujitas de cero sociedad y de
introspección, tienen movimiento, tienen un cuerpo, una sonrisa,
tienen vida en el caso de la animación y en el caso de los actores
cómo los vas ayudando a que moldeen al personaje, y ya estas en la
sala ya no como director sino como espectador y empiezas a sentir con
ellos y es lo mas chido de ser director. Es una joda, una gran
responsabilidad el ser la cabeza de un equipo, creo que el resultado
de un fracaso es más notorio porque la culpa la tiene el director
cuando va mal, cuando va bien “todos somos un equipo”. Hay que
tener bien claro lo que quieres contar como director y apostarle a
ello, muchos de los buenos directores que yo conozco, somos… no me
considero bueno, pero creo que tengo algo que tiene ellos y es el no
estar del todo satisfecho de tu trabajo, sobre todo ahorita que voy
empezando en mi carrera como director.
¿Cómo
llegas a Batallón 52?
Fijate
que es bien interesante, me hablaron por teléfono para invitarme a
co dirigir, aquí hay como mucha gente que empezó a conocer mi
trabajo, está Karla Castañeda, a Luis Téllez también lo conocía
un poco, a René Castillo también tenía la fortuna de conocerlo,
Rigo Mora nos asesoró en “De cómo los niños pueden volar”,
Juan José Medina también ya lo conocía, a Rita Basulto, a Rodolfo
Guzmán que es el productor, Carlos Gutiérrez que es el productor
ejecutivo, no sé si llegué por conocidos (risas), no, creo que
también mi trabajo habla por mí, ellos saben lo exigente que puedo
ser conmigo mismo y en el mismo nivel lo que puedo yo llegar a
exigirle a otras personas.
Por
ahí leí que tenías una beca para un largometraje, ¿cómo va eso?
Tuve
una beca para un proyecto que se llama “El Juego”, es beca del
FECA y de IMCINE para la escritura de guión. “El juego” es un
proyecto muy ambicioso, es un proyecto con el que me he casado desde
que empecé a hacer esto. Es la historia de un niño de 7 años que
es abusado sexualmente y a partir del abuso crea toda una realidad
alterna para poder sobrellevarlo, es un proyecto que me ha costado 5
años levantarlo, es un guión muy pensado, que he estado trabajando
continuamente, que de repente lo dejo porque la historia es muy
fuerte y en términos de la investigación me encuentro con cada
situación que de repente me hace rechazar el mundo y no puedo
entender cómo la sociedad permite que eso siga sucediendo, sí es un
proyecto que me ha sacado lagrimas, ¡te lo juro!, pero que me gusta,
que estoy muy comprometido en realizar, no espero que se a mi opera
prima pero sí espero que sea uno de los proyectos con los que yo
pueda llegar a la pantalla.
Más
o menos, cuánto sería la inversión…
Fíjate
que estaba como presupuestando el proyecto, no lo he movido mucho
porque yo tampoco como director me siento con la capacidad en este
momento de aventarme un largo de esas magnitudes, estas magnitudes
son alrededor de 24 o 24 millones de pesos, no tengo todavía ningún
antecedente que me permita dar una seguridad a aquel que quiera
invertir en mi como director, Batallón y esos otros cortos me están
dando como esas armas para poder llegar y presentarme con un
productor y decirle “este es mi trabajo, esto es lo que yo puedo
aportar como creador”, espero sacar un primer largometraje de muy
bajo presupuesto para que futuros inversores vean la capacidad que
tengo el talento y la capacidad de hacer historias y contar historias
diferentes.
¿Para
ti que es un corto?
Muchos
dicen que es un ejercicio, yo coincido hasta cierto punto en el caso
mío que nunca había realizado nada, sí aprendo, para mi es una
historia en corto, es una historia que por su magnitud no puede
formar parte de 70, 80 o 90 minutos, tiene que ser contada en 5, 10 o
15 minutos, pero tiene una estructura que te permite transmitir algo.
¿Tú
que crees que sería lo que falte para que el México se haga del
cine una industria sólida?
Lo
que falta en México para poder hacer eso es quitarnos las
pretensiones, cuando de repente uno entra a este medio es un medio
muy lleno de pretensiones, me ha tocado de “quiero hacer mi primer
largometraje pero necesito 50 millones para hacerlo, quiero un
equipo, quiero una grúa, la locación…” nos volvemos demasiado
pretenciosos y eso nos frena en términos creativos, si ves un
poquito en el sur y te clavas un poquito en los argentinos o en los
uruguayos, ellos producen con casi nada comparado con las
pretensiones que nosotros tenemos para poder hacer nuestras
películas, la apuesta sin duda alguna son las historias, en México
se le apuesta a la producción no se le apuesta a las historias, y
dejar la pretensión a lado y contar historias simples con guiones
muy bien cuidados porque también hay cada guión que dices “oye
no, es una joda, una chinga llegar a hacer una película, te partes
la madre para contarme esa historia, no mames”, es válido, lo
aplaudo pero hay muchas historias en México que no se han contado y
que en esa medida hemos perdido muchos espectadores porque vamos a
ver refritos de los refritos de los refritos que ya parecen formulas
de las películas que medio recuperaron en nuestro país. Sin duda
alguna debemos entender que el cine es entretenimiento, es una
industria del entretenimiento, y como tal tiene que haber películas
comerciales exitosas que tengas éxito en taquilla para poder
subsidiar esta visión de autor, un poco más reflexiva.
Economizar
y contar mejores historias…
Sí,
y tenemos todo para hacerlo, tenemos historias increíbles, historias
que no se han dicho, que no tienen que ver con el pobre, el rico, la
bonita, la gordita, historias que tienen que ver más con
sentimientos humanos que están en la cotidianidad y que pueden
general pauta, creo que el mexicano de repente no se siente
identificado en la salas, hay cierto status social que es el único
al que van teledirigidas algunas de las películas comerciales o todo
lo contrario, este México pobre, corrupto, jodido, o la porno
miseria que es multipremiada en Cannes, y que se le da un valor que
desde mi perspectiva es obsoleto, es pretencioso.
Digital
o cine…
Es
muy complicado tomar una postura, no me considero un cineasta purista
pero me encanta el 35, el 16… creo que el escuchar una cámara
correr cuando estas en un set no tiene precio, Obviamente soy de esta
línea de “las cosas se tienen que hacer” ya no estoy en que si
no es en 35, las cosas se tienen que hacer, la única forma de
aprender es haciendo, la única forma de contar es contando. Pasa lo
mismo de que si no tengo dinero… hay historias que son obligadas
para contarlas si son en HD o en 35 son lo de menos, cuando tú
tienes una muy buena historia, cuando utilizas los recursos que
tienes a tu favor para aportar a la historia en términos visuales,
mientras que sepas usar los recursos y sepas las líneas a las que te
estas dirigiendo, creo que el HD está mucho más accesible para
aquellos que queremos la posibilidad de llegar más rápido entre
comillas, digo sigue siendo costoso, no es como de que agarras tu
Handy cam y vas y tiras un largo, pero sí creo que lo está poniendo
un poco más accesible, creo que tengo una disyuntiva, claro que me
encantaría poder filmar, pero no le veo porque pelearse con el HD.
De
por sí dicen que del cine no se vive… ¿tú de qué vives o
sobrevives?
Por
eso te digo que yo me considero una persona muy afortunada, tengo 5
años viviendo de esto, no del cine en su particularidad pero sí del
medio audiovisual, creo que entre el freelanceo, Ombligo, las
oportunidades como batallón… ya me pagan por dirigir… ¡voy
bien!... ya me pagan por dirigir, y creo que se han dado las
oportunidades y a partir claro de la flexibilidad que uno tiene, creo
que uno tiene que saber dónde esta parado, no puedes llegar y decir
es que yo ya dirigí 2 cortos y soy director, yo dirigí 2 cortos y
voy de staff también, y dirigí dos cortos y me hablan para la
camioneta de equipo, yo quiero seguir aprendiendo, yo quiero seguir
estando ahí. Si es un comercial lo veo como una experiencia más
antropológica y más de estudio social y como chamba, como parte de
mantenerme activo, para cuando ya llegué lo que yo quiero hacer, que
es ya cinito, otro tipo de historias, yo en lo personal no estoy
peleado con lo comercial yo he vivido de lo comercial para poder
darme el lujo de pagar otras cosas.
Cine
de arte o comercial…
No
están peleados,
Cuál
te late más…
Fijate
que no están peleados a mi me encanta irme un domingo a ver una
película hollywoodense churra, que no me hace pensar, que lo único
que me aporta son las dos mejores horas perdidas de mi tiempo, o
también historias en las que salgo tan tripeado que cinco días
después todavía no se si me gustó o no me gustó, que digo “a
ver espera, qué me estás tratando de decir”, que no hayas como
aterrizarlas o cómo digerirlas, pero no están peleados porque cada
uno aporta cosas diferentes, cuando como director y como espectador
puedes entender eso disfrutas más el cine, porque también a veces
uno como espectador se vuelve pretencioso, para que haya cine de
autor tiene que existir cine comercial entonces si dejamos de ver al
cine comercial como lo que es algo de entretenimiento y dejamos de ir
a verlo estamos autocomploteando de aquel que subsidia todo lo que
nos gusta más. Pero tampoco creer que el ser humano todo el tiempo
esta en la chaqueta mental listo para ver una película de Peter
Greenaway pues está muy cabrón (sic), yo no tengo animo todos los
días para ver una película de arte que me deje tripeado durante 2
semanas y que me cuestione desde mi visión del mundo y las
cuestiones existencialistoides que tengo en mi cabeza, de repente
también tengo ganas de ver una película churra que me haga reír
entonces creo que por eso las dos son necesarias.
¿Cómo
eres como director?
Soy
como el ojo digestivo, tengo la fortuna de que trabajo con equipos
con personas sumamente talentosas, cuando como director tienes la
fortuna de rodearte de gente que es sumamente talentosa no puedes
ponerte como un dictador, tienes que sumar, por eso digo soy el ojo
digestivo que me alimento de mi director de arte, de mi director de
foto, de mi asistente de dirección, me alimento del equipo que ha
decidido acompañarme en la aventura, entonces creo que eso me sirve
a mi y al equipo para asumir cada punto como propio, cuantas veces no
me ha pasado que el director es un dictador, entonces de repente hay
una falta de confianza y ves un error de continuidad y ni siquiera te
quieres acercar porque la ultima vez que te acercaste te gritó.
Cuando evitas ese tipo de roses, cuando entiendes que tu posición
dentro de la estructura de producción y no es por menospreciar
tampoco el trabajo del director, es una sola parte del eslabón que
permite que se haga y se realice, pues también vas a poder tener la
humildad para poder sumar esfuerzos, y tener la claridad para marcar
tu directriz y para que ellos que son tu equipo se sumen. Cuando
logras poner a tu equipo en sincronía que bien, cuando no, es cuando
entra el aparato digestivo y dices esto no, esto sí me sirve. Por
eso digo que ser el ojo digestivo es mi chamba.
¿Qué
es lo primero que piensas al despertar?
Aaaay
qué temprano, ¿por qué a mi?, no yo no me quiero levantar…
(risas) ya si te pones
más sofisticado ¡quiero café!
(risas) es más creo que no pienso cuando me levanto, creo que hasta
10 minutos después se prende la máquina, es un poco lenta. Creo que
son variantes los días, hay días en que te levantas muy positivo,
que te quieres comer al mundo y hay otros días en los que quisieras
no levantarte y que quisieras que tus pensamientos se convirtieran en
ovejas que lo único que hicieras era contarlos, ni siquiera
pensarlos. Hay días de buenas, hay días de malas y días que con
ganas de ser un hijo de la chingada (sic) y días con ganas de ser el
mejor ser humano del mundo, me levanto como cualquier ser humano.
Comida
y bebida favorita…
Soy
fanático de las pastas, me gusta mucho la comida mexicana también…
y de bebida favorita… aquella que me pegue ¡caray! (risas), no yo
creo que no hay nada más rico que una cerveza súper helada en
tiempo de calor.
A
ver si no me odias porque muchos me dicen, hay esta pregunta es muy
difícil… 5 películas y 5 canciones favoritas…
No
te voy a odiar pero no te lo voy a contestar porque como ser humano
uno tiene etapas y si yo delimito… y suena bien mamón… pero no
es por mamón es porque tengo 5 películas favoritas para cuando
estoy contento, 5 películas favoritas cuando estoy triste, 5
películas favoritas… 5 canciones favoritas si me amanecí norteño,
hippioso, fresa, alternativo… creo que lo chido de la vida es tu
capacidad para asumirte como un ser diferente cada vez que te
levantas y no casarte con estos prejuicios de yo soy fresa, yo soy
hippie… no, yo soy Polo y Polo tiene más de 5 películas favoritas
y más de 5 canciones favoritas dependiendo el estado anímico en que
se encuentra y a veces ni siquiera le gustan 5, ni tampoco le gusta
ninguna pinche canción, por eso me voy a tomar la libertad de
contestarte esto.
Y
por último qué consejo le darías a alguien que quiere tomar el
camino del séptimo arte, cualquiera que sea su vertiente…
Creo
que uno tiene que ser como muy claro que es algo que uno quiere, este
camino es un camino muy complejo, está lleno de piedras gigantes por
todos lados que te están cayendo en la cabeza como si tu fueras en
un juego de Mario Bros, no, no, yo creo que lo que podría
aconsejarle a cualquier persona es primero que no dude de su talento,
cada persona tiene una visión tan diferente para ver el mundo que
puede plasmar en una imagen, que el juicio de terceros es solo eso,
mientras tú estés contento en la manera de ver tus historias de ver
tu mundo no hay nada más importante, creo que el mayor consejo que
les puedo dar es ser terco y claro. La terquedad para tener la lucha
constante hacía la claridad de lo que quieres contar.
Pues
esto fue un poco de Leopoldo Aguilar, efectivamente como él mismo lo
dice es un terco, se le nota en las palabras, en la mirada y sobre
todo también se nota la pasión y el gusto por lo que hace. De metas
claras y objetivos bien plantados estamos seguros que irá cumpliendo
lo que se propone, por lo pronto seguiremos al pendiente de sus pasos
por ejemplo en próximo año al ver sus cortos en las salas como
parte del proyecto Batallón 52. Por parte de Cortos Verdes no queda
más que darle las gracias por compartir un poco de sí y desearle
mucho éxito.
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