Notimex.- El cine mexicano, que ha renacido en los últimos 20 años, tiene la capacidad de generar recursos, así como de innovar con propuestas creativas y novedosas, aseguró el embajador de México en Colombia, Arnulfo Valdivia, quien estudió dirección de cine en Italia.
Para el diplomático, la prueba de la vigorosidad del talento mexicano en la industria cinematográfica mundial son los Oscar que han logrado sus directores y los galardones en los festivales más importantes del mundo.
“El cine mexicano tiene una mezcla muy sana, interesante de generar recursos importantes y capacidad de innovar propuestas creativas y novedosas”, manifestó Valdivia en entrevista con Notimex, en el marco del Festival Internacional de Cine de Cartagena (FICCI), que finaliza esta noche con la premiación de las Indias Catalinas, en las diferentes categorías.
Valdivia aseguró que el cine mexicano seguirá creciendo y se va a consolidar a nivel internacional, porque las principales escuelas siguen formando jóvenes en el Séptimo Arte. “Las escuelas siguen llenas”.
El nuevo auge de la cinematografía mexicana se viene gestando desde hace 15 o 20 años, y en la actualidad la producción es de 60 películas anuales, que si bien es pequeño si se compara con las 600 de Hollywood, o las 800 de Bollywood, su calidad marca la diferencia en el mercado internacional.
La industria mexicana se consolida como líder en América Latina, y en cantidad “estamos buscando regresar a las grandes épocas, pero lo más importante es que en calidad estamos muy bien”.
La mejor prueba de este “boom” cinematográfico fue el triunfo de la película “Birdman”, del director mexicano Alejandro González Iñárritu, con cuatro premios: Mejor Película, Mejor Guión, Mejor Director y Fotografía.
“Birdman es una película que no hubiera producido nadie en Estados Unidos, una apuesta arriesgada, muy original, muy diferente, con un guión muy diferente a lo que se ve en Hollywood”, explicó el diplomático mexicano.
Reiteró que lamentablemente el cine de los grandes centros cinematográficos se encerró en propuestas “endógenas”, bajo la creencia de que se podía “hacer burdo al infinito y quienes hacían cine de arte estaban convencidos de que no se podían contaminar de lo comercial”.
La gran propuesta, dijo, que el cine mexicano está presentando al mundo es que sí es posible “hacer buen cine con un enfoque comercial y es posible innovar y ofrecer nuevas propuestas visuales como argumentos y guiones que gusten a las grandes audiencias, esa es la gran virtud.
“En el Festival de Cartagena he visto un cine mexicano con mucha calidad y muy vivo e innovador, Está en la búsqueda de propuestas en el contenido, visual y en guiones”, afirmó.
En el FICCI participaron en competencia en el género ficción: “600 millas”, de Gabriel Ripstein (México-Estados Unidos), y “Dólares de arena”, de Israel Cárdenas y Laura Amelia Guzmán (México-República Dominicana).
“Jauja”, de Lisandro Alonso (Argentina, Estados Unidos, Holanda, Francia, México, Dinamarca, Alemania, Brasil); “Lucifer”, de Gust Van Den Berghe (México-Bélgica), y “Plan sexenal”, de Santiago Cendejas (México).
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