Cortos Verdes Internacional: EL ESPÍRITU DE LA COLMENA

Por: Alicia Torres

Curioso nombre el de esta película española de 1973, por que uno se pregunta “¿y qué tiene que ver un espíritu con las abejas?” Pues bueno, la cinta obtuvo su nombre de un libro que leyó el director sobre la vida de las abejas escrito por el poeta Maurice Maeterlinck, en donde utiliza la expresión “El Espíritu de la Colmena” para, en palabras del director, “describir ese espíritu todopoderoso, enigmático y paradójico al que las abejas parecen obedecer y que la razón de los hombres jamás ha llegado a comprender”, la película es dirigida por Víctor Erice quien ha hecho únicamente 3 largometrajes siendo éste el primero y considerado una obra de arte del cine español.

No esperen ver acción, ni mucho menos efectos especiales, puesto que, ésta es la clase de película en la que hay que estar muy al pendiente de los detalles, los colores, la fotografía y los pocos diálogos que son no más que los necesarios, ya que gracias a la excelente dirección, cada intérprete transmite sus sentimientos y emociones con sus gestos y actitudes.

Los protagonistas forman una familia de cuatro miembros, los cuales aún compartiendo la misma casa, que casualmente parece precisamente una colmena, están muy lejanos unos de otros, nada que no suceda hoy en día. La familia vive en el alejado pueblito Segoviano de Hoyuelos y la historia se sitúa a finales de los años 30, al final de la guerra civil.

La película inicia con la asistencia de las dos pequeñas hijas de la familia en cuestión Isabel (Isabel Tellería) y Ana (Ana Torrent) a la proyección de la cinta “Frankestein” (1931) de James Whale, en un local multipropósitos que se encuentra en el pueblo. A ambas niñas les afecta de forma diferente la escena en donde el monstruo arroja a la niña al lago al acabárseles los pétalos de flor; Ana, la hermana más pequeña, le pregunta a Isabel el por qué la gente del pueblo mata al monstruo solo por ser diferente y si es verdad que la niña muere, a lo que su hermana le responde que no es cierto porque todo lo que pasa en el cine “es mentira”. A partir de ese momento, las dos niñas empiezan a experimentar la muerte cada una a su manera.

El monstruo le muestra a Ana cómo es que la “colmena” trata a todo aquel que es diferente, en donde todos deben de seguir y hacer lo que les es impuesto para que la sociedad funcione bien, ella comienza a guardar secretos, en busca siempre de su Frankestein al que encuentra sin querer en la forma de un hombre fugitivo en una emotiva escena.

Isabel en cambio, acepta las cosas como vienen, ella es un poco más “normal” e intenta recrear la muerte en formas un poco más dramáticas, o en este caso más reales.

El padre de las niñas, Fernando (Fernando Fernán Gómez), es un apicultor, experto en setas y escritor, que gusta de encerrarse todas las noches en su estudio para alejarse de la vida, de toda la gente y muy probablemente también de su familia, así que si tomando en cuenta que en el pueblo en el que viven no hay muchas personas podemos decir que Fernando es un hombre muy solitario; su esposa Teresa (Teresa Gimpera) es una mujer hermosa y al parecer preocupada por su familia, aunque nos damos cuenta durante la película que le escribe emotivas cartas a un personaje desconocido, esta relación queda abierta a la imaginación del espectador acerca de a quién le escribe con tanta devoción.

La película es una excelente forma de pasar el rato, las actuaciones de los protagonistas son excelentes incluídas por supuesto las de las dos pequeñas hermanas.

CURIOSIDADES

Un detalle curioso de esta película es que os protagonistas utilizan sus mismos nombres, esto se debe a que a Ana Torrent preguntaba el por qué cambiaban todos de nombre tan seguido, el director, para hacerle a la pequeña las cosas más sencillas, decidió que todos usaran sus nombres de pila.
Otro detalle de esta cinta, es que los créditos del inicio son dibujos hechos por las dos niñas protagonistas.
El Espíritu de la Colmena fue ganadora en 1973 del Hugo de Plata en el Festival de Cine de Chicago y en el mismo año fue nombrada Mejor Película en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián.