Por Herencias Misticas
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Herencias Místicas es un portal de internet dedicado a temas ligados al suspenso, el terror, lo misterioso y lo paranormal y a partir de este mes iniciaremos nuestra colaboración con Cortos Verdes, así que por su naturaleza dedicada al cine hemos decidido abordar primero aquellas leyendas que han sido llevadas a la pantalla grande, mismas que desgraciadamente no han sido muchas, sin embargo, para inaugurar este espacio hablaremos de la primera película de terror producida… “La llorona” que es sin duda la leyenda más interesante, famosa y fantástica de nuestro país.
Pero antes de adentrarnos en el tema del film, vayamos al origen ¿De dónde surge realizar esta primer película de tan singular leyenda? cuenta la tradición mexicana que la leyenda de “La llorona” se desarrollo en el México prehispánico; existen dos versiones, la más conocida o popular habla de una mujer indígena que tuvo un romance con un caballero español, de dicho romance nacieron tres niños, sin embargo, el caballero se negaba a formalizar su relación hasta el grado de que finalmente se casó con una noble dama también española. Tal incidente hizo que la mujer indígena quedara sumamente dolida, desesperada y furiosa, así que fuera de sí misma ahogó a sus hijos en un rio cercano a su hogar y después, sintiéndose terriblemente culpable se suicidó. A partir de entonces se cuenta que una mujer vestida de blanco y con su cabello negro aparecía por el sudoeste de la ciudad de México tomando rumbo hacia el Oriente, cruzaba calles y plazuelas como al impulso del viento, deteniéndose ante las cruces, templos y cementerios para lanzar ese grito lastimero de: "Aaaaaaaay mis hijos...!" El lamento se repetía tantas veces como horas tenía la noche la madrugada en que la dama se detenía en la Plaza Mayor y mirando hacia la Catedral musitaba una larga y doliente oración, para volver a levantarse, lanzar de nuevo su lamento y desaparecer sobre el lago, que entonces llegaba hasta las goteras de la ciudad. Debido a estos gritos desgarradores de aquella alma en pena, que vagaba por las noches en las calles se le bautizó como “La Llorona” y esto constituyó por mucho tiempo el más grande temor al salir a las calles por la noche, puesto que nadie quería encontrarse con dicha aparición al caminar por las penumbrosas calles coloniales tras el toque de queda.
La segunda versión - y menos conocida, por cierto- transcurre antes de la llegada de los españoles a la zona que hoy en día ocupa la ciudad de México. Los habitantes cercanos al lago de Texcoco escuchaban durante las noches los lamentos de una mujer: “Chocacíhuatl” (del náhuatl choka, llorar y cihuat, mujer) que vagaba sin paz lamentando la muerte de su hijo y la pérdida de su propia vida en el momento de dar a luz.
Según el Códice Aubin, Cihuacóatl, fue una de las dos deidades que acompañaron a los mexicas durante su peregrinación en busca de Aztlán y de acuerdo con la leyenda prehispánica, poco antes de la llegada de los españoles emergió de los canales para alertar a su pueblo de la caída de México-Tenochtitlán, "vagando entre los lagos y templos del Anáhuac, vestida con un vaporoso vestido blanco llevando sueltos los negros y largos cabellos, mientras lamentaba la suerte de sus hijos con la frase - ¡Aaaaaaaay mis hijos!… A dónde iréis….a dónde os podré llevar para que escapéis a tan funesto destino….hijos míos, estáis a punto de perderos…-."
Posterior a la Conquista de México, en la época colonial, los pobladores reportaban la aparición del “fantasma errante” de una mujer vestida de blanco que recorría las calles de la Ciudad de México lanzando gritos desesperados por la Plaza Mayor (antigua sede del destruido templo de Huitzilopochtli, el mayor dios azteca e hijo de Cihuacóatl) donde miraba hacia el oriente y luego seguía hasta el lago de Texcoco, en el cual se desvanecía entre las sombras.
Es así que no podía evitarse que durante los inicios del cine de la época de oro, la leyenda de "La Llorona" fuera llevada al cine bajo la dirección de Ramón Peón en 1933 con un guión de Carlos Noriega Hope y Fernando de Fuentes a partir de un argumento original de Guz Águilar. A dicha película le seguirían varias secuelas y “remakes”.
Sin lugar a duda en México existen un sinnúmero de leyendas que pueden ser llevada al séptimo arte, creo a nuestro muy particular gusto el cine de terror en México está comenzando a salir poco a poco del encasillamiento al que ha sido sometido, además de contar con festivales especializados en el género que son una importante ventana para la difusión de éste tipo de historias.
Si no has visto "La Llorona" de 1933, para fortuna de cinéfilos y fans de esta leyenda, está disponible en youtube, esperamos que la disfruten y de pasada te invitamos a que nos visites en nuestra web www.herenciasmisticas.com somos el portal de lo paranormal del estado de Jalisco y del mundo entero.
Pero antes de adentrarnos en el tema del film, vayamos al origen ¿De dónde surge realizar esta primer película de tan singular leyenda? cuenta la tradición mexicana que la leyenda de “La llorona” se desarrollo en el México prehispánico; existen dos versiones, la más conocida o popular habla de una mujer indígena que tuvo un romance con un caballero español, de dicho romance nacieron tres niños, sin embargo, el caballero se negaba a formalizar su relación hasta el grado de que finalmente se casó con una noble dama también española. Tal incidente hizo que la mujer indígena quedara sumamente dolida, desesperada y furiosa, así que fuera de sí misma ahogó a sus hijos en un rio cercano a su hogar y después, sintiéndose terriblemente culpable se suicidó. A partir de entonces se cuenta que una mujer vestida de blanco y con su cabello negro aparecía por el sudoeste de la ciudad de México tomando rumbo hacia el Oriente, cruzaba calles y plazuelas como al impulso del viento, deteniéndose ante las cruces, templos y cementerios para lanzar ese grito lastimero de: "Aaaaaaaay mis hijos...!" El lamento se repetía tantas veces como horas tenía la noche la madrugada en que la dama se detenía en la Plaza Mayor y mirando hacia la Catedral musitaba una larga y doliente oración, para volver a levantarse, lanzar de nuevo su lamento y desaparecer sobre el lago, que entonces llegaba hasta las goteras de la ciudad. Debido a estos gritos desgarradores de aquella alma en pena, que vagaba por las noches en las calles se le bautizó como “La Llorona” y esto constituyó por mucho tiempo el más grande temor al salir a las calles por la noche, puesto que nadie quería encontrarse con dicha aparición al caminar por las penumbrosas calles coloniales tras el toque de queda.
La segunda versión - y menos conocida, por cierto- transcurre antes de la llegada de los españoles a la zona que hoy en día ocupa la ciudad de México. Los habitantes cercanos al lago de Texcoco escuchaban durante las noches los lamentos de una mujer: “Chocacíhuatl” (del náhuatl choka, llorar y cihuat, mujer) que vagaba sin paz lamentando la muerte de su hijo y la pérdida de su propia vida en el momento de dar a luz.
Según el Códice Aubin, Cihuacóatl, fue una de las dos deidades que acompañaron a los mexicas durante su peregrinación en busca de Aztlán y de acuerdo con la leyenda prehispánica, poco antes de la llegada de los españoles emergió de los canales para alertar a su pueblo de la caída de México-Tenochtitlán, "vagando entre los lagos y templos del Anáhuac, vestida con un vaporoso vestido blanco llevando sueltos los negros y largos cabellos, mientras lamentaba la suerte de sus hijos con la frase - ¡Aaaaaaaay mis hijos!… A dónde iréis….a dónde os podré llevar para que escapéis a tan funesto destino….hijos míos, estáis a punto de perderos…-."
Posterior a la Conquista de México, en la época colonial, los pobladores reportaban la aparición del “fantasma errante” de una mujer vestida de blanco que recorría las calles de la Ciudad de México lanzando gritos desesperados por la Plaza Mayor (antigua sede del destruido templo de Huitzilopochtli, el mayor dios azteca e hijo de Cihuacóatl) donde miraba hacia el oriente y luego seguía hasta el lago de Texcoco, en el cual se desvanecía entre las sombras.
Es así que no podía evitarse que durante los inicios del cine de la época de oro, la leyenda de "La Llorona" fuera llevada al cine bajo la dirección de Ramón Peón en 1933 con un guión de Carlos Noriega Hope y Fernando de Fuentes a partir de un argumento original de Guz Águilar. A dicha película le seguirían varias secuelas y “remakes”.
Sin lugar a duda en México existen un sinnúmero de leyendas que pueden ser llevada al séptimo arte, creo a nuestro muy particular gusto el cine de terror en México está comenzando a salir poco a poco del encasillamiento al que ha sido sometido, además de contar con festivales especializados en el género que son una importante ventana para la difusión de éste tipo de historias.
Si no has visto "La Llorona" de 1933, para fortuna de cinéfilos y fans de esta leyenda, está disponible en youtube, esperamos que la disfruten y de pasada te invitamos a que nos visites en nuestra web www.herenciasmisticas.com somos el portal de lo paranormal del estado de Jalisco y del mundo entero.
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